¿Recuerdas la última vez que pudiste vivir sin miedo? ¿Puedes recordar la última vez que querías hacer algo con todas tus ganas, pero no lo hiciste? ¿Qué te detuvo? ¿Qué hizo que cambiases de opinión? ¿Era una vocecita dentro de tu cabeza?

¿Alguna vez te has parado a pensar de quién o qué es esa voz?

Es el miedo.

El miedo es el catalizador para la inacción. El miedo es la voz que nos dice que, si lo intentamos, la probabilidad de fracasar será mayor que la de triunfar.

Que el rechazo es preferible a la aceptación. El miedo es el empujón que consigue que no hagamos nada en vez de tomar acción.

En la novela Aleph, el escritor Paulo Coelho dice que no es el coraje lo que nos lleva al éxito, sino nuestra voluntad. Coelho afirma que la voluntad es lo que nos proporciona la determinación y la dedicación requerida para perseguir nuestros sueños, y no la ausencia de miedo.

Si miramos a todas las personas exitosas del mundo, como Ghandi, Steve Jobs, o Nelson Mandela, todos ellos poseen la fortaleza de seguir adelante.

Han tenido problemas a lo largo del trayecto; sin embargo, al embarcarse en sus viajes, nunca pensaron que iba a ser un camino lleno de rosas.

Los problemas que encontraban, les motivaban más; elegían seguir adelante donde otros se rendían; escogían luchar en vez de retirarse; elegían la libertad.

Si tú también quieres ser como ellos, aquí tienes 5 formas de vivir sin miedo y derrotar a tus temores más profundos:

 

1. Siente el miedo y hazlo de todos modos

La doctora Susan Jeffers tiene un libro con un título similar llamado Aunque tenga miedo, hágalo igual; en él, habla de desarrollar firmeza y de retar a nuestros propios pensamientos negativos a través de patrones o hábitos.

Ella también habla sobre cómo podemos extender nuestra “zona de confort” tomando riesgos.

 

 

El mensaje que debes aprender es que la única manera de superar nuestros miedos es enfrentándonos a ellos.

Así que deja tu miedo a un lado, y simplemente hazlo.

 

2. Ve más allá de la razón

Hace poco vi una película sobre el atentado a las Torres Gemelas de Nueva York el 11 de septiembre del 2001. Después, buscando información sobre el suceso en Internet, encontré un artículo de personas que se habían salvado ese fatídico día gracias a un retraso.

Unos habían perdido las llaves de su coche, otros se habían quedado atascados en el tráfico; una mujer llegó tarde a trabajar porque olvidó poner su despertador, y a otro hombre le retrasó un accidente que había ocurrido en la autopista.

Las historias son interminables.

A veces no somos conscientes del plan maestro de la vida, del destino, o de la suerte (elige cualquier opción en la que creas más) hasta que el tiempo ha pasado.

Metemos nuestras cabezas en la arena como si fuésemos un avestruz para que todo pase cuanto antes.

 

 

Pero es cuando pensamos en el pasado y entendemos por qué conocimos a esa persona, por qué perdimos ese tren, o que un obstáculo imprevisto o un retraso fue en realidad una especie de “bendición” o una conspiración del universo.

Llámalo destino, chiripa o casualidad. Sea como sea, recuerda que siempre hay una razón por la que algo sucede, incluso si no nos damos cuenta de ello en ese momento.

 

3. A buenas horas, mangas verdes

¿Alguna vez habías escuchado el dicho “a buenas horas, mangas verdes”? Significa que ya es demasiado tarde para encontrarle solución a un problema que ya no puede resolverse, y tiene mucho que ver con la historia que voy a contarte ahora.

Hace 10 años, a mi tía le diagnosticaron una simple pulmonía. Pero después de casi un año con los mismos síntomas y sin mejoría alguna, decidió buscar una segunda opinión.

Sin embargo, era demasiado tarde: el doctor le diagnosticó un cáncer de pulmón en estado avanzado y menos de 2 años de vida si se sometía a tratamiento. 18 meses después, ella murió.

Cuando cayó enferma, quiso volver a su ciudad natal para visitarla, pero la debilidad se lo impedía. ¿Has oído alguna vez la expresión “demasiado tarde para lágrimas”?

Si mi tía hubiese pedido una segunda opinión antes o si hubiese hecho ese viaje antes, quizás esta historia habría tenido un final diferente.

 

 

¿Y qué pasa con tu historia?

Esas vacaciones que nunca tuviste, esa clase para aprender otro idioma a la que nunca te apuntaste, el amigo con el que nunca hiciste las paces…

No te encuentres a ti mismo diciendo “siempre he querido…” y nunca lo has hecho por miedo a algo; en vez de eso, escribe una larga lista de cosas y empieza HOY a planear tus metas.

4. Arrepentimientos

Si alguna vez has hablado con aquellos que son de alguna manera más viejos y más sabios que tú, te dirán que normalmente, en la vida, solemos arrepentirnos de las cosas que no hemos hecho en vez de las que sí.

Si te pasas la vida procrastinando (flojeando o vagueando), nunca sabrás el resultado. 

Y recuerda: que no haya un resultado es en sí un resultado negativo.

 

 

Cada una de tus experiencias, cada momento, y cada encuentro es lo que te da forma como persona, llevándote al momento de tu vida en el que estás ahora.

Una vez, alguien muy sabio dijo:

 

Muchos nos crucificamos entre dos ladrones: el remordimiento por el pasado y el temor por el futuro

 

5. Encontrar obstáculos

¿Cuántas veces te has encontrado a ti mismo poniendo excusas de por qué no has hecho algo?

Es demasiado difícil…

Estoy demasiado cansado…

No tengo tiempo para…

¿Te suenan familiares esas frases? Todos tenemos culpables de ese tipo de mentalidades en un momento u otro de nuestras vidas.

Sin embargo, las personas exitosas invierten el tiempo y esfuerzo necesario incluso cuando no tienen ninguna gana ni tiempo. La gente exitosa hace lo que otros encuentran demasiado difícil.

 

 

Toman riesgos calculados, son responsables de sus acciones, tienen iniciativa y se motivan, apasionan y animan a otros.

No nacieron exitosos o “suertudos”: lograron sus metas a través de la determinación, el trabajo duro y, al dejar el miedo a un lado, consiguieron coraje para estar convencidos.

Esas personas encuentran oportunidades… no obstáculos.

 

¿Qué piensas tú sobre estas 5 formas de vivir sin miedo? ¿Vas a seguir ahí sentado o sentada viendo la vida pasar hasta el día en que mueras, o vas a empezar a actuar AHORA mismo?

Me encantaría saber qué opinas en los comentarios.